Tu comportamiento programa tu emoción.  Tu comportamiento y tu cuerpo hablan de ti. De lo feliz o infeliz que eres. Cuando una persona está deprimida ¿mira hacia arriba, va erguida y sonriendo o va con los hombros caídos y su mirada es triste y se dirige hacia el suelo?

Hay un patrón de comportamiento en los estados de ánimo.  Por eso lo primero que hay que hacer para cambiar el estado emocional negativo es cambiar la posición corporal.  Con esto ya conseguiremos que nuestro cuerpo comience a generar serotonina y dopamina (neurotransmisores encargados de crear estados emocionales positivos).

Una vez que consigamos salir de manera puntual el estado emocional, necesitamos mantenerlo y para eso es imprescindible cambiar el ENFOQUE que le damos a nuestra realidad.  Hacernos la pregunta ¿En qué nos estamos enfocando constantemente?  ¿En todo lo difícil que está sucediendo a nuestro alrededor?  Los estados emocionales negativos surgen cuando nos enfocamos en el dolor, en lo que no tenemos, en lo que nos hace falta; en lugar de reenfocar nuestra realidad y enfocarnos en lo que verdaderamente es importante en nuestra vida y podemos cambiar.

Si nos centramos en lo que no depende de nosotros, en aquellas cosas sobre las que no tenemos control, como la situación actual del país o la conducta de los demás, nos desesperaremos y desarrollaremos un estado de frustración que nos va a paralizar y no nos va a permitir salir de ese círculo, al que se le denomina círculo de preocupación, Sin embargo, si empezamos a ser conscientes de que nuestras emociones no son consecuencia del comportamiento del compañero irritante que tenemos en el trabajo sino de nuestros propios pensamientos, y nos concentramos en aquella parcela de nuestro mundo en la que verdaderamente podamos influir con nuestras acciones y conductas; observaremos como poco a poco empieza a disminuir nuestra preocupación, y a aumentar nuestra capacidad de influir sobre nuestra realidad.  Es como si nuestro círculo de preocupación, por el que se nos iba toda nuestra energía, y en el que adoptábamos un papel de víctima,  disminuyera y poco a poco fuera aumentando nuestro círculo de influencia.

Debemos usar nuestro cerebro para alcanzar nuestro máximo potencial, porque lo los pensamientos que tengamos en él se transformarán en emociones y estas se reflejarán en forma de acciones en nuestro exterior.  Si una persona tiende a filtrar todo negativamente y tiene pensamientos negativos, se fijará más en lo negativo que tengan los demás y será una persona más irritante, que no asuma nuevos proyectos y que cada vez se la tome menos en cuenta.

El lenguaje es un gran transformador de nuestras emociones.  Aquellas personas que están verbalizando que se encuentran constantemente mal, van creando un estado mental en ellos que cada vez va a ir coincidiendo más con lo que verbalizan. Comencemos a partir de hoy a verbalizar lo bueno que nos sucede y a tener una actitud de felicidad; comprobaremos como la vida nos da los recursos que necesitemos para que fluya.  Sólo tenemos que preguntarnos: ¿Qué puedo, que está en mi mano hacer ahora? Y empezar a recorrer el camino hasta conseguirlo.

Te ha interesado este artículo? Ponte en contacto con nosotros para más información o envíanos un correo electrónico a execoach@execoach.es Y puedes apuntarte a nuestra Newsletter mensual para recibir artículos prácticos para tu desarrollo profesional.

Rosa Cañamero
Socia Directora-Execoach
Coach Ejecutivo PCC