Desde que se pusieron de moda los valores dentro de las compañías, muchas de estas dedican un gran esfuerzo, tiempo y dinero en tratar de inculcar los valores que ha decidido, normalmente un comité de dirección, en toda le empresa.

Los valores en las personas, son los pilares en los que se sustenta su vida, o mejor dicho, donde se debería sustentar. De hecho las decisiones diarias deben de estar basadas en los valores que tenemos y no en los que la sociedad no indica. Si no lo hacemos así, aparecerán los choques internos y los auto sabotajes.

Ahora bien, en una empresa esto es mucho más complejo, porque los valores se eligen, y sobre estos, hay que realizar un trabajo diario para que la compañía siga rodando sobre estos railes, si no descarrilará hacia otros o peor aún, nuestro tren se moverá sin ningún tipo de guía.

Valores como, Éxito, Trabajo en Equipo, Orientación al Cliente, Integridad, Valentía, Sencillez, etc … todos ellos representan el “santo grial” de una organización y deberían ser cuestionados constantemente con preguntas del tipo:

  • ¿Hasta que punto el estilo de liderazgo que tenemos en la empresa encaja con estos valores?
  • ¿Cuál es el valor que más nos cuesta seguir? ¿En qué exactamente?
  • ¿Cómo llevamos a cabo los valores en la selección de personal?
  • ¿Cómo encajan los clientes con estos valores? ¿Y nuestros equipos?
  • ¿De qué forma no están percibiendo nuestros clientes internos o externos estos valores?
  • ¿hasta que punto tomamos la decisiones en la empresa apoyándonos en nuestros valores?

Este tipo de preguntas nos hacen reflexionar acerca de si estamos trabajando por mantener vivos los valores de la compañía o realmente es más un maquillaje exterior que ni nosotros mismos nos lo creemos.

El trabajo de valores en una empresa, debe ser continuo y de vez en cuando nos tenemos que plantear si realmente estamos encima de estos railes invisibles o hemos descarrilado hace tiempo y quizás, volver a replantearnos unos valores que posiblemente sirvieron en un pasado pero que en el día de hoy ya no tienen sentido.

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Ángel Martínez Marcos Coach Ejecutivo & Socio Director