El deseo de evitar conflictos dentro de las organizaciones es perfectamente entendible por la mayoría de las personas. Sin embargo es uno de los factores más debilitantes de una empresa.

La falta de sinceridad se refleja muy fuertemente en una lenta toma de decisiones,  y en el pobre crecimiento de los equipos. Este es el precio de los equipos no maduros que no se atreven a hablar directamente con las personas del mismo departamento o de otro con el que se relacionan.

En una investigación publicada en la Harvard Business Publishing, se destacó que analizando equipos de trabajo de seis bancos punteros en todo el mundo, aquellos que tenían un grado de sinceridad dentro de los empleados más bajo, tenían un retorno financiero también más bajo que aquellos en los que el nivel de sinceridad era más alto.

¿Esto quiere decir que el nivel de sinceridad impacta directamente en la cuenta de resultados de una empresa?

Multitud de factores intangibles impactan en el balance anual de las empresas. Muchos de estos indicadores son difíciles de ver, excepto si se detectan con sistemas de medición de recursos humanos avanzados como procesos de coaching de equipos, coaching individual, feedback 360º etc.

La falta de sinceridad en las organizaciones impacta directamente en el negocio

Que los equipos se den feedback mutuo y continuo entre ellos y entre los empleados de forma natural, no es tan evidente como parece.

Detrás de la ausencia de sinceridad está la necesidad que tiene todo ser humano de estar tranquilo y tener buenas relaciones en el trabajo. Debido a esto, parece que está claro que hay que romper el vínculo entre sinceridad y conflicto. De hecho,  cuando visito empresas y observo que allí parece que todo es perfecto, se me enciende una alarma de que posiblemente se esté ocultando la verdad o que haya miedo a mostrarse abiertamente.

Al final el miedo en las organizaciones destruye el rendimiento de arriba abajo igual que se resquebraja una montaña con un movimiento de una placa tectónica en su falda.

Trabajar estas “soft skills” requiere un departamento de recursos humanos totalmente alineado con una dirección general madura y centrada en el negocio desde los 360º grados del mismo. Algo, en mi opinión, complicado para muchas organizaciones hoy en día.

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Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural