Vivimos un momento de la historia donde la imagen que proyectamos al exterior en redes sociales personales como Facebook, Instagram, Youtube, Tik Tok y las más profesionales como LinkedIn, necesitan tener un halo de positivismo.

A poca gente le gusta ver imágenes o comentarios negativos de una persona y menos en el trabajo. ¡Rodéate de personas positivas! Escuchamos una y otra vez en cualquier entorno.

Esta energía también la mostramos con nuestra actitud diaria y con los comentarios que hacemos no solo en reuniones formales sino con nuestro diálogo al tomar un simple café con los compañeros. Y todo esto forja nuestra imagen personal y profesional.

Ahora bien, esto puede llegar a ser peligroso si se lleva a un extremo, como todo en la vida.

Rodéate de personas con actitud mental positiva y a la vez con una mirada crítica centrada en los cambios desde uno mismo, no desde lo que tendrían que cambiar los demás.

Hay empresas que quieren eliminar cualquier toque de negativismo en las personas y esto puede ir en contra de la mirada crítica. Esta mirada que se necesita en todos los departamentos con el fin de impulsar la mejora continua.

Por otro lado se entiende perfectamente que estar rodeado de personas que constantemente están centradas en la queja, puede llevar a una espiral victimista y centrada en los “si tuviera o si fuera …”

 

  • Si tuviera un equipo más involucrado seríamos mucho más productivos.
  • Si mi jefa fuese más empática todo iría mejor.
  • Si la empresa valorase más la iniciativa, las personas propondríamos más ideas.
  • Si la competencia no se centrase únicamente en precios bajos, podríamos dar más calidad a los clientes.

 

La mirada crítica siempre tiene que ser bienvenida, pero debe ser completada con una idea de mejora. No sirve de nada quejarnos sin aportar ideas y eso es lo que ocurre en muchos equipos, que se comportan como niños que quieren un juguete, pero no dicen lo que están dispuestos a hacer para conseguirlo.

Para esto, cuando nos surja una queja nos tenemos que preguntar, ¿Cómo puedo yo resolverlo?

  • ¿Cómo puedo yo hacer como mánager que mi equipo esté más involucrado?
  • ¿Cómo puedo hacer yo que mi jefa sea más empática?
  • ¿Cómo puedo hacer que la empresa valore más las iniciativas?
  • ¿Cómo puedo hacer yo que la competencia no se centre únicamente en precios bajos? ¿Cómo podemos dar más calidad con el mismo precio?

 

Puedes estar pensando que algunas respuestas son “No se puede”. Si la respuesta es esa, entonces tenemos que pasar a la fase de aceptación. Tenemos que entender que no podemos controlar todo de nuestro entorno y que tenemos que jugar con las reglas que nos impongan y eso forma también parte de la madurez de las personas en las organizaciones.

Transformar la cultura de las organizaciones hacia espacios con iniciativa, proactividad y responsabilidad es la clave para fomentar entornos sanos de trabajo.

Evita a toda costa que tu departamento o tu actitud caigan en el victimismo y en el “pobre de mi” porque solo conseguirás sufrir sin avanzar. Y también evita los equipos con una disposición solo a ver el lado bueno de las cosas porque perderás perspectiva de la realidad.

Rodéate de personas con actitud mental positiva y a la vez con una mirada crítica centrada en los cambios desde uno mismo, no desde lo que tendrían que cambiar los demás.

 

Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
www.amartinez.net