El autor David Graeber en su libro Trabajos de Mierda: Una teoría, describe claramente lo que significa tener un trabajo sin sentido. Quizás el escritor es demasiado directo con el título del libro, sin embargo consigue lo que se propone. Llamar la atención sobre todos estos tipos de trabajo sin sentido que amargan la vida a quienes los ejercen.

Lo principal es tener claro qué es un trabajo de mierda y distinguirlo de un trabajo basura.

Un trabajo basura es un empleo que por lo general no quieren realizar las personas, porque está mal pagado o porque es demasiado esclavo. Normalmente este tipo de trabajos los realizan aquellos que por una razón u otra no tienen más remedio que trabajar en estos empleos, que en muchos casos son indignos.

¿Estarías dispuesto a que te pagaran por mirar una pared blanca durante 8 horas al día y a cambio recibir 60.000€?

Sin embargo, los trabajos de mierda son empleos que suelen estar bien remunerados pero que no tienen una utilidad real y no deberían de existir porque o no realizan nada productivo o la persona que lo realiza sabe que si dejara de existir ese trabajo no cambiaría nada o prácticamente nada de la propia empresa.

Es difícil indicar qué trabajos tienen esas características, sin embargo las personas que los llevan a cabo saben consciente o inconscientemente que lo son.

¿Has visto algún hotel con un botones que está todo el día abriendo la puerta de los clientes o subiendo y bajando de un ascensor únicamente pulsando los número del ascensor a los que quieren llegar los huéspedes? Supongo que cualquier persona puede pensar que esa persona tiene una función y es crear una experiencia de cliente exclusiva. Sin embargo, si nos ponemos en la piel de esa persona, como norma general tendrá la sensación que su trabajo crea poco impacto en la vida de esos clientes.

Quizás este es un extremo, pero aunque parezca lo contrario, en las organizaciones y en muchos organismos públicos hay innumerables puestos que tienen poco o ningún aporte al funcionamiento operacional de las propias compañías.

Muchas personas pueden opinar que un trabajo así, sin responsabilidad y sin contratiempos y además bien pagado (quizás el de botones no lo sea) es el sueño de todo ser humano.

Piénsalo bien ¿Estarías dispuesto a que te pagaran por mirar una pared blanca durante 8 horas al día y a cambio recibir 60.000€?  ¿Resulta tentador verdad? Inicialmente puedes decir que sí, que lo harías, sin embargo hay un resorte interno en nuestro cerebro, concretamente en el cerebro límbico que te va a estar indicando que algo no está funcionando bien. Que tu misión en la vida no puede ser simplemente el realizar una tgarea absurda aunque te paguen un buen sueldo.

Los seres humanos necesitamos retos, proyectos, objetivos. Sin estos, podemos vivir una vida plana, anodina y sin sentido. La clave de un trabajo que te llene y te satisfaga está en eso, en vivir una vida con sentido.

No necesitamos cambiar el mundo para sentirnos plenos, sin embargo sí necesitamos que nuestro aporte a cualquier proyecto tenga cierto propósito. Debido a esto, muchas personas que pierden su profesión o se jubilan entran en un estado apático o depresivo, porque han perdido el sentido de su vida.

Todo esto está calando mucho más en las generaciones más jóvenes que buscan incansablemente sentirse vivos en los trabajos y son capaces de dejar un trabajo en una gran multinacional con un buen sueldo, solo por no sentir que ese empleo les aporta un propósito claro.

Así que, no te contentes con un trabajo que te genera solo un salario para que después puedas comprarte el teléfono de última generación o puedas disfrutar de una cena en el restaurante de moda. Pasamos al menos 8 horas en el trabajo cada día, eso es el 50% del tiempo activo de lunes a viernes. No es conveniente estar en un empleo sin propósito y sin sentido, al menos a largo plazo porque el precio que podemos estar pagando podría ser demasiado elevado a nivel emocional.

 

 

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Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural

Instagram @angelmartinezcoach