Estamos en un momento en el que la mayoría de las personas que optan por un puesto de trabajo, están sobradamente cualificadas, igual o más de lo que lo puedes estar tú o yo,   por eso para afrontar una entrevista de trabajo de manera eficiente, no basta con tener la formación y la experiencia que se solicita, lo más importante son las competencias personales. Éstas serán realmente las que van a marcar la diferencia. De esas competencias yo destaco tres:

  1. Escuchar empáticamente.
  2. Generar confianza.
  3. Gestionar emociones.

1.Escuchar empáticamente. Si quieres influir en tu entrevistador, lo primero que necesitas es comprenderle, y para ello no hay mejor manera que escucharle. Escucharle de forma global, todo lo que te dice y también lo que no te dice a través de sus gestos, sus silencios o su tono de voz, porque de ahí podrás obtener la información que necesitas para dar la respuesta adecuada.

La mayoría de las veces no escuchamos con la intención de comprender, sino para contestar, y esto hace que el entrevistador no se sienta escuchado y de manera inconsciente ponga una barrera. La esencia de la escucha empática consiste en comprender profundamente a la otra persona, tanto intelectual como emocionalmente.

Si escuchas con empatía a tu entrevistador, le estarás satisfaciendo sus necesidades de ser comprendido, afirmado, valorado y apreciado. Y en ese punto ya estará preparado para dejarse influir por ti.

2.Generar confianza. Si el entrevistador confía en ti, tendrás más posibilidades de que te elija. Por eso tienes que conseguir establecer en el tiempo que dure la entrevista una relación de confianza con él, pero ¿cómo generar este vínculo?

A veces surgirá de manera natural, pero cuando esto no ocurra puedes hacerlo de manera consciente, a través de técnicas como, utilizar su mismo lenguaje, igualar de manera sutil las posturas de su cuerpo y también el tono de su voz y su ritmo. Con esto él ya se sentirá reconocido por ti, pero no será suficiente si desigualas en el ámbito de los valores y las creencias. El entrevistador también necesita percibir que tú respetas los suyos.

Buscar en él cualidades positivas que te hagan valorarlo y respetarlo, le harán de manera inconsciente sentirse en conexión contigo; generándose así una relación de confianza que te ayudará a convencerle de que tú eres el mejor candidato.

3.Gestionar emociones. El enfrentarte a una entrevista de trabajo puede generar en ti miedo al rechazo y esto afectará a tu capacidad para venderte. Por eso, para no dejarte abatir o enfurecer en ese momento, ya que te desconectarías de tu poder interior, puedes utilizar parches emocionales: respirar profundamente, recurrir algún pensamiento, imagen o recuerdo que te potencien y te ayuden a transmitir entusiasmo y sacar lo mejor que llevas dentro.

A través de estas tres competencias podrás influir positivamente en tu entrevistador y marcar así la diferencia entre tú y el resto de los candidatos.

Si estás interesado en conocer estas técnicas, ponte en contacto con nosotros para más información.

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Rosa Cañamero

Socia directora Execoach