Realmente es un reto convivir toda una vida con el déficit de atención y la hiperactividad, si es que están en alianza. Somos muchos los que no contamos con un diagnóstico, pero tenemos sospechas de encajar en un perfil TDA/H, bien porque nos hemos informado o instruido en la materia y encontramos coincidencias en cuanto a rasgos y persistencia de los mismos, o bien porque alguien de nuestro entorno diagnosticado médicamente nos hace de espejo.

El TDA/H es un trastorno neurobiológico representado por determinados síntomas derivados de la falta de control de áreas específicas del cerebro sobre la conducta. Se caracteriza por tres aspectos principales presentes en mayor o menor magnitud: falta de atención/dificultad para concentrarse, hiperactividad e impulsividad. Se presenta como una disfunción en el desarrollo del sistema nervioso, provocando alteración en la conexión entre neuronas de determinadas áreas del cerebro y en sus neurotransmisores, concretamente la Dopamina y la Noradrenalina. Algunos de los procesos que se ven afectados son los correspondientes a las funciones ejecutivas: Mantener la atención frente a un estímulo, planificar, organizar tareas, reflexionar sobre las posibles consecuencias de las acciones inhibiendo respuestas automáticas para dar paso a las apropiadas, aprender y recordar la información, establecer, mantener, supervisar, corregir y alcanzar un plan de acción dirigido a una meta, saber controlar las emociones…

Es importante aclarar que el TDA/H tiene un patrón persistente en los síntomas. Reconocerte en alguna de sus manifestaciones no quiere decir que tengas este trastorno, especialmente si las señales descritas se muestran de forma discontinua.

La mayor parte de la información que se encuentra sobre el TDA/H, está enfocada en niños, en cómo reconocer el trastorno, cómo tratarlo, cuáles son sus consecuencias si se pasa por alto, protocolos académicos de actuación, etc. Información y datos muy relevantes por supuesto para introducirnos en la temática y detectarlo a tiempo. Sin embargo, se dedican pocas conferencias y estudios a revelar el potencial y los talentos innatos de los perfiles TDA/H, por eso me apetecía levantar una bandera, dedicando este post a este maravilloso colectivo de adultos (diagnosticado o no), realmente luchador y en constante reinvención para dar lo mejor de sí mismos.

Las personas con TDA/H conscientes de los desafíos que presenta el trastorno, desarrollan, con ayuda en algunos casos y sin ayuda en otros, estrategias de organización, autocontrol y autogestión emocional para abordar las experiencias que se van sucediendo a lo largo de sus vidas en cada una de sus facetas. Un cerebro afectado con déficit de atención genera mecanismos compensatorios, por eso es habitual encontrar capacidades extraordinarias, menos frecuentes en mentes neurotípicas. Como el TDA/H no afecta a la inteligencia, actúa en ocasiones como generador de mentes realmente brillantes e ingeniosas, sobresalientes en numerosos sectores profesionales.

De hecho, contamos con infinidad de personajes influyentes que, a pesar de su declarado TDA/H, han aportado valor a nuestra sociedad:  Steve Jobs (cofundador y presidente ejecutivo de Apple), David Neeleman (fundador de las empresas aéreas de bajo costo estadounidense JetBlue Airways Corporation y de la brasileña Azul Linhas Aéreas Brasileiras S.A.), Michael Jordan (jugador de la NBA y empresario de éxito), Ryan Gosling (actor, director de cine, escritor y músico), Pablo Motos (presentador de televisión, locutor de radio, productor y empresario), Dani Martín (cantante y compositor), Galileo Galilei (astrónomo y matemático).

Centrándonos en el área laboral, un perfil TDA/H con una buena gestión de su trastorno, puede destacar en competencias tan apreciadas como:

  • Liderazgo influyente y transformacional. Son líderes carismáticos e inspiradores, capaces de provocar cambios de visión en sus equipos.
  • Creatividad e innovación. Tienen mentes inquietas que no paran de crear, explorar y actualizarse.
  • Toma de decisiones complejas. Les gusta la adrenalina y por tanto, el riesgo, con lo cual suelen tomar con responsabilidad decisiones complicadas excluyendo el factor miedo.
  • Sentido del humor. Son capaces de disolver situaciones tensas utilizando esta potente herramienta, optimizando así el clima laboral.
  • Artistas de la venta. Son grandes comerciales, especialistas en vender a la mente en lugar de a la gente (neuroventa). Hacen muy buen uso de la empatía, juegos de palabras envolventes y expresiones que conectan directamente con las emociones del cliente, generando entre ambos un ambiente de confianza y apertura.

Podría hacer una lista interminable de habilidades residentes en los TDA/H, aunque con estas cinco podemos forjar una idea del universo de posibilidades que encierran estos perfiles.

Me gusta pensar que aquello que en algún momento es considerado una patología, puede transcender llegando a revelarse como una evolución adaptativa. Ojalá sea el caso del TDA/H.

 

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Carmen Celemín
Coach ejecutiva especialista en coaching para TDA/H
Instagram@carmencelemincoach