Algo tan importante como es el equilibrio personal nos lo deberían empezar a enseñar en los colegios, pero en éstos se considera que lo verdaderamente necesario para desenvolverse en la vida son los conocimientos teóricos sobre matemáticas, historia o literatura.  Materias todas ellas también importantes, desde luego, pero ¿qué pasa con esas habilidades que son imprescindibles para saber manejarnos adecuadamente tanto con nosotros mismos como con las demás personas?

En general este tipo de educación la adquirimos de lo que percibimos de nuestro entorno: padres, educadores, compañeros etc…  Y en muchas ocasiones, lo que se recibe de ellos no es lo más adecuado para llegar a ser emocionalmente equilibrados.  Por tanto, en la mayoría de los casos, tenemos que realizar este aprendizaje personal ya en la vida adulta.

¿Cómo podemos encontrar nuestro equilibrio personal y mantenerlo?  El primer paso es a través de la autoconciencia, uno de los tres pilares fundamentales del Coaching.  Sólo con poner atención a cómo reaccionamos ante lo que nos sucede, a los pensamientos que nos generan determinadas circunstancias y al lenguaje que utilizamos, estamos creciendo y acercándonos a nuestro equilibrio personal.

Esta autoconciencia también nos ayudará ha integrar en nuestras vidas estos otros comportamientos que contribuirán a nuestro equilibrio personal:

  • Identificar los errores propios, aprender de ellos y corregirlos.
  • No dejarse influir por las valoraciones externas destructivas a cerca de nuestra valía personal o profesional.
  • Decir “no “cuantas veces sea  necesario sin dejarse presionar por el chantaje emocional ejercido desde fuera.
  • No dejarse influir por las descalificaciones de las personas que necesitan afirmarse en detrimento de los demás.
  • Demostrar respeto por las opiniones ajenas aunque sean contrarias a las propias.
  • Tratar de mejorar aquello que dependa al 100% de uno mismo. Y no pretender que sean las demás personas las que cambien para que de adapten a nuestras necesidades.
  • Identificar los valores propio y tratar de vivir acorde con ellos.
  • Cumplir con los retos marcados por uno mismo.
  • No responsabilizar a los demás de que las cosas no nos han salido como nosotros esperábamos.
  • No juzgar ni a los demás ni a uno mismo.
  • No quejarse por lo que ocurre sin aportar soluciones.

Casi todos nosotros estamos en la búsqueda de ese constante equilibrio personal.  Que consigamos el éxito, pasa por hacer de ello un hábito.  Por lo tanto sólo lo lograremos con constancia, elección y voluntad.

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Rosa Cañamero
Socia Directora-Execoach
Coach Ejecutivo PCC