El pasado 25 de abril tuve el honor de participar como uno de los ponentes principales de Expocoaching, la Feria más importante sobre el sector del coaching en España. La ponencia fue sobre cómo generar equipos de alto rendimiento a través del coaching, una modalidad de coaching que me apasiona.

En dicha conferencia expuse los 3 hábitos de los equipos de alto rendimiento, según una investigación concienzuda hecha por los investigadores americanos Chester Elton y Adrian Gostick, y que explicaron en su libro «Buenos equipos, proyectos imbatibles».

Los investigadores estudiaron a numerosos equipos en todo el mundo, equipos deportivos, equipos empresariales de distintos sectores, y entrevistaron a sus miembros para descubrir si había factores comunes en los comportamientos y actitudes de los equipos que alcanzan resultados extraordinarios. Resulta que sí había factores comunes, conductas que realizaban de manera constante, como parte de su ADN, de su cultura, y son los 3 hábitos siguientes:

1. Asombrarse unos a otros.
Todos los miembros del equipo trata de ser mejor cada día, de asombrar a sus compañeros con iniciativas, ideas y propuestas de mejora. No se trata de una competición insana entre los miembros del equipo, se trata de una competición de cada uno consigo mismo, para ser cada día mejor y alcanzar la excelencia.

Por ejemplo, una persona del equipo propone establecer un procedimiento para mejorar la eficacia de las reuniones, o un compañero que te entrega una presentación un día antes de la fecha a la que se había comprometido contigo. Esos son ejemplos de asombrarse unos a otros.

2. Sin sorpresas negativas.
Los miembros del equipo tienen una cultura de cumplir con lo que se comprometen entre ellos y con el resto de clientes internos y externos. Se trata de tener unas normas y reglas claras y sencillas de funcionamiento, para que las expectativas de todos estén claras, y no existan sorpresas desagradables.

Por ejemplo, una persona del equipo está esperando un análisis sobre un proyecto que otro compañero del equipo se comprometió a enviárselo antes de las 14 h. Es importante que lo reciba a esa hora porque se ha comprometido con un cliente importante a enviarle un informe completo del proyecto. Llegan las 14 h. y su compañero no se lo envía, excusándose y diciendo que el jefe del equipo le ha cogido por banda y le ha encargado varios temas urgentes, y por eso no ha podido cumplir con su compromiso. Sorpresa negativa.

Como este ejemplo hay miles en un equipo, que van deteriorando la confianza entre los miembros del equipo, y generando actitudes y conductas dañinas para la cohesión y rendimiento.

3. Motivación entre ellos.
Dentro de este tercer hábito de los equipos de alto rendimiento se engloban los siguientes comportamientos constantes: darse ánimos, reconocerse el trabajo bien hecho, agradecer el esfuerzo, felicitarse entre ellos por los logros, apoyarse entre ellos cuando existan dificultades, y celebrar los éxitos de manera frecuente.

Aquí es importante reseñar que la motivación no es una responsabilidad del jefe de equipo, sino que es una responsabilidad de todos ellos. Exactamente igual que los otros dos hábitos, está claro que en los equipos que alcanzan resultados espectaculares hay un liderazgo compartido, y no un líder carismático y visionario.

Para lograr incorporar esos 3 poderosos hábitos a su ADN, un equipo debe trabajar en 4 frentes fundamentales. Desde mi punto de vista, y así conté en mi conferencia en Expocoaching, hay 4 frentes:

1. Identidad del equipo.
El equipo debe trabajar en su autoconocimiento, en quién es como sistema, como equipo. Porque como todo equipo, tiene fortalezas, debilidades, valores comunes, creencias compartidas, estados de ánimo y emociones. Conocer la identidad del equipo permite establecer las bases del crecimiento de dicho equipo. Si no sabemos dónde estamos ahora, es imposible saber dónde debemos trabajar para mejorar.
2. Visión del equipo.
Una vez el equipo sabe quién es, se autodiagnostica a sí mismo, debe generar la imagen del equipo ideal que quiere llegar a ser a largo plazo, es decir, su visión. La visión implica sus metas y objetivos, qué equipo quiere llegar a ser dentro de 1 año, o dentro de 3 años. La visión sirve de rumbo a un equipo, sirve de motor motivacional, sirve para tener un criterio para tomar todas las decisiones por orden de importancia, y no de urgencia.
3. Alianza del equipo.
Para cumplir con el segundo hábito, el equipo debe construir una alianza consensuada entre todos. Una alianza son un conjunto sencillo de normas y reglas básicas de funcionamiento y organización, que se discuten entre todos y se vota para establecer el mayor consenso posible. Las normas de la alianza deben ser lo más concretas posible, de lo contrario se prestarán a las interpretaciones de cada persona del equipo, lo cual dará lugar a conflictos, desconfianza, y sorpresas negativas.
4. Feedback del equipo.
Por mi experiencia, las personas de un equipo no suelen darse feedback de manera constante. De hecho, es posible que nunca lo hayan hecho de manera formal. Da miedo, se da por hecho que ya se conocen mucho y que no es necesario. Excusas. Es imprescindible hacerlo para generar confianza mutua, y para cumplir con la primera clave, asombrarse unos a otros.

Si te interesa potenciar el rendimiento y la motivación de los equipos de tu empresa, llámanos al 91 297 54 65 o envíanos un email a execoach@execoach.es

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Javier Carril
Socio Director